BANGERZ TOUR BARCELONA

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Ayer aterrizaba por primera vez en España desde su concierto en el Rock in Rio de 2010 y desde su radical cambio de estilo ese terremoto y fenómeno de masas conocido como "Miley Cyrus". La de Nashville deslumbraba con su "Bangerz Tour" a los casi 18.000 fans que abarrotaban un Palau Sant Jordi casi hasta la bandera. Era la primera vez viendo a la Cyrus en directo y por eso mismo la prueba de fuego tras haber considerado a su "Bangerz" como uno de los mejores discos pop del pasado 2013. ¿Consiguió dar en el clavo? ¿Eclipsó su persona a la música? Aquí la crónica sobre este delirante show.


La primera canción del concierto es, visualmente, un muy buen ejemplo de lo que es el resto del show: mucho color, láseres, bailarines disfrazados, la encarnación de medio Tumblr, twerking y bases muy potentes. Una lengua gigante a modo de tobogán sale de una Miley Cyrus gigante proyectada en la pantalla, de la cual sale la verdadera ,ataviada con un outfit a cuadros, con hombreras y bolsito de Chanel.  Un guiño a Britney, cuando una de sus bailarinas aparece con una careta de la época Baby One More Time en el verso de la de Louisiana en la canción de Cyrus. Tras este potente inicio, el show sigue con 4x4, la primera de las canciones en las que aparece su herencia country, para cerrar el primer bloque.


Tras este potente inicio, sigue una de las actuaciones más llamativas de la noche. "Love Money Party" comienza con la Cyrus apareciendo con un mono hecho de Dólares sobre un todoterreno dorado que al final de la canción dispara billetes al público. Cadenas doradas, mucha estética rapera, y un monigote gigante del rapero Big Sean. Siguen "My Darlin", en la que el público abrumó a Miley con peluches de su fallecida mascota "Floyd", un husky que más adelante en la noche ganará más protagonismo. Maybe You're Right, y seguidamente otra de las actuaciones más coloridas del show, FU, en la que parece que entramos en un barrio Sésamo enorme. Sin duda una de las favoritas.


Otro de los momentazos, tras la kiss cam de Adore You, es la actuación de Can't Be Tamed, en la cual, una estatua gigante del difunto Floyd acapara todo el escenario. Primera canción de sus discos anteriores y primer (y casi único) guiño a su fanbase más antigua, aquella que ya la seguía desde 2008. Drive, una potente balada cierra este bloque. Probablemente estemos ante el mejor concierto de toda la gira: Miley comunica a la audiencia que el show está siendo grabado para la cadena americana NBC y para la futura publicación del DVD oficial de la gira. Rapidamente se monta un set en el centro de la pista en la que Miley interpreta todas las covers que ha ido interpretando a lo largo de la gira. Desde Lana Del Rey a The Smiths, pasando por Outkast o Coldplay. Queda ya más que claro que no todo es polémica sustentando la carrera de la joven cantante. Posee una potente voz capaz de interpretar cualquier canción, y que se mantiene bastante bien pese a ser un show con mucho movimiento y muy enérgico.


Tras esta parte más íntima del concierto en la que quizás se peca de la falta de interludios y de romper un poco el ritmo del show, Miley vuelve a la carga con el anthem del twerking "23" en un despliegue de ratchetismo, hip-hop y palabras censurables. Si hay algo que llamaba la atención en el disco y lo sigue haciendo en la gira, es la versatilidad y la abundancia de estilos musicales en tan poco tiempo; Pasamos de interpretar Jolene de Dolly Parton a la urbana 23 o a la ochentera On My Own. Con los looks y las escenografías sucede lo mismo: de un look camisa vaquera y sombrero pasamos a un chandal o a un abrigo de pelo amarillo rodeada de bailarines disfrazados de peluches gigantes. Tras todo este megamix, llega el "cierre", Someone Else, con la cual Miley se monta en un perrito gigante caliente para abandonar el estadio.


Tras unos casi interminables aplausos y gritos, parece que todo ya ha acabado. Sin embargo, queda la artillería más pesada para uno de los mejores cierres de gira que recuerdo en mucho tiempo. Tres números uno, el uno detrás del otro. We Can't Stop seguido de Wrecking Ball y como cierre la icónica Party In The USA. Se puede decir que estas tres actuaciones son un cúlmen de todo lo visto anterioremte. Con un mono "ligeramente" inspirado en el vestuario de Kylie Minogue, Miley consigue poner nuevamente en pie y a grito pelado a todo el Palau. Gatitos, láseres, dibujos animados en ácido, y un toque que es mezcla de sexy y de parodia terminan con la Cyrus subida en medio del estadio a una plataforma acompañada de un estallido de pirotecnia y confetti con Party In The U.S.A


Probablemente la prensa se quede únicamente con el "momento en el que escupió agua sobre las primeras filas" o el momento "voy a ondear esta ikurriña que unos chavales que se han cruzado media España para verme me han lanzado a pesar de que no tengo ni idea de donde es". Este momento, totalmente anecdótico y de cercanía (durante todo el show Miley ha ondeado todas las banderas, sujetadores, peluches y artefactos que le han lanzado) ha levantado,como no, la polémica más rancia y típica de nuestro país, en el cual la gente ya se ha apresurado a decir que poco menos la Cyrus forma parte del comando Bizkaia

A pesar de esto, Miley tiene las tablas, tiene la presencia, el legado discográfico, y tiene un gran equipo detrás que le ha permitido montar semejante show, que pica de referencias culturales de los 90, del movimiento grunge, ratchet, de la estética Tumblr aderezado con provocativos y divertidos disfraces, y de lo fundamental: Una buena voz.
Miley se adjudica una de las giras más llamativas de los últimos tiempos. Un show que está al nivel del Monsterball Tour de Lady GaGa, muy por encima de todas las giras recientes de Rihanna y que divierte más que la "decepcionante para muchos" última gira de Beyoncé. Si metiésemos en una batidora el MDNA Tour, Baby One More Time, Dolly Parton, Grimes y Monstruos S.A este sería el resultado. Resultado que agrada a una fanbase más que variopinta y en una horquilla que abarca desde los 11 a los 30 años. Y es que, tras haber cambiado tan brutalmente de estilo, que siga manteniendo a niñas de 14 años con lágrimas en la cara y afónicas de tanto gritar, dice mucho del éxito de este fenómeno. Brava!













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2 comentarios

  1. Que buena crónica,me ha encantado! un show super visual y muy autentico, mucho mejor que el de Rihanna y Beyonce sin duda alguna.

    Visoo
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